Nada

No hay peor sentimiento que el que no se puede describir,  aquella idea que existe, pero no puede ser creada o ni siquiera imaginada. Entonces nos damos cuenta que no es un sentimiento, es un vacío, una nada. No se puede describir lo que no existe, pero si no existe, ¿porque nos agobia y nos destruye?.

Es un afán, un afán por volver a esa nada, esa nada de la que nos despertaron abruptamente sin nuestro consentimiento y a la que afortunada e inevitablemente volveremos. Nos vemos entonces arrinconados, asfixiados, ahogados y humillados por algo mas grande que nosotros, algo que fuimos y seremos.

El miedo nos obliga, nos obliga a negarlo, aparecen sentimientos tan fuertes y sublimes como placenteros, todo para llenar ese vacío, esa nada.

Estamos forzados a vivir con necesidad, la necesidad de buscar lo que no existe, pues solo logramos encontrar pequeños rastros que nos distraen hasta llegar al ansiado y temido final.

Exasperación

Todos los días iguales, no es depresión, es desesperación. La desesperación propia de un ser que sabe que no hace lo que debe, su vida es como la moral del mundo, una contradicción absoluta. Se da cuenta de la hipocresía del mundo “civilizado” lleno de “intelectuales” que solo se preocupan por sobresalir y ni siquiera buscan la expresión de su corrompido ser. El arte se convirtió en una forma más de hacer dinero, lo cual resulta evidente cuando no surge nada nuevo  y  arriesgado. Ahora se piensa que lo que se hace debe encajar y agradar en esta sociedad tan “exigente”, cuando lo único que se debe buscar es expresar, el agrado, el placer o el fastidio deben ser consecuencias y por lo tanto no deben influir en ningún momento. Lo que existe ahora es  una copia influenciada por aquellos que alguna vez fueron artistas, pero a la vez corrompida por este mundo capitalista que envuelto en su ignorancia es tan cínico en utilizar esta mediocridad de arte como una manera para de separarse y distinguirse del burdo hombre común cuyos gustos y preferencias son manipulados por los medios.

Sueños

Escucho un fuerte ruido que despertó a su mente y por inercia la puso a divagar...Camino tras bambalinas y escucho un sonido ensordecedor que coreaba su nombre, sintió entonces un sudor frio como si esta fuera la primera vez que subía al escenario. Tomo rápidamente un sorbo de su botella de agua y noto que su mano estaba temblorosa, de manera que respiro profundamente, pero esto no funcionaba. Los nervios y la excitación empezaron a apoderarse de su ser a tal punto que empezó a disfrutarlo y sentir placer. Sabia que todo estaba listo, tomo su guitarra y conto los pasos que lo separaban de su micrófono que aguardaba impacientemente en el centro de escenario. Se aventuro entonces en busca de ese impulso magnético que lo llamaba. Ahora el ruido era mucho mas fuerte, era un sonido desordenado pero en el se leía un emoción incuestionable. Sujeto su micrófono y aventuro su mirada a las voces que escalofríos le causaban. Nunca los había visto y seguramente nunca los volvería a ver, pero esos rostros ya empezaban a ejercer un dominio sobre él. Observo su mano y vio como se movía por iniciativa propia y a la vez influenciada por desconocidos que solo eso de él buscaban. Sintió entonces una emoción extravagante cuando su mano se disponía a rozar la cuerda de su guitarra. De repente el sonido de la primera nota genero un éxtasis solo comparable con la emoción que en el alrededor se respiraba…Escucho un segundo ruido aun mas fuerte que el primero, abrió los ojos para ver que ocurría y noto que era tarde, sacudió sus ojos con las manos, se levanto pidiendo excusas a sus sueños y prometiendo que algún día no se levantaría y dejaría que su mente eternamente divagara.