lunes, 19 de agosto de 2013

Un mundo en blanco y una hoja sin fronteras


Solo una sociedad atrasada y estancada no se da cuenta de la verdad. Cada uno lucha en un individualismo a veces evidente y a veces disfrazado, todo para demostrar que llegan mas lejos que los demás. No existe nada único ni nada concreto, solo lo impuesto por una mayoría que se autoengaña por desesperación al no conocer una sola verdad. Solo en el momento que se acepta esta incertidumbre infinita es en el momento que se logra aprovechar. Un mundo en blanco y una hoja sin fronteras aguardan impacientemente el día en que cada uno se atreva a crear su propia realidad, única como cada ser y sin la influencia de los demás.




Condena



¿Y ahí estaba o no estaba? se pregunto. Miro hacia el frente y se encontró con su alma que se esforzaba por mantenerse en pie, sabia que era su alma porque lo sabia, pero si se guiaba por su aspecto era capaz de pensar lo contrario. Veía a un ser desagradable, oscuro, viejo y ajotado. Intento acercarse para preguntarle que había ocurrido, pero no podía mover su cuerpo, una y otra vez envió el mensaje pero este era ignorado por cada musculo que rebeldemente permanecía estático. Intento gritar pues no sabia lo que ocurría pero su voz tampoco respondió. ¿Estaré soñando? se pregunto desesperadamente y le quito la mirada a su alma para dársela a su alrededor. Vio su cuerpo en el suelo rodeado de sangre, al parecer le habían disparado o apuñalado, pero no lo sabia y tampoco lo recodaba. La locura intento apoderarse de su ser,  no podía hablar, llorar o gritar, pero su mente seguía ahí, atrapada en una transparencia que se asemejaba a él. Observo como algunas personas horrorizadas veían su cuerpo y realizaban algunas llamadas,  entonces volvió su mirada a donde había dejado a su alma con un rápido movimiento de sus ojos, pero esta no lucia igual y no estaba en el mismo lugar. Su alma se alegaba lentamente arrastrando sus pies y cada paso significaba una luz que la separaba mas de su aspecto anterior. Perplejo se quedo cuando su alma lo miro, estaba lo suficientemente lejos para saber que ya no iba a regresar y lo suficientemente cerca para reconocer su aspecto sin dificultad. Se vio reflejado entonces en su alma, como nunca se hubiera imaginado, una armonía la rodeaba y así mismo de melancolía se llenaba. Su alma volvió la mirada al frente sin realizar un solo gesto y siguió caminando con una seguridad que solo con su belleza se comparaba. Se dio cuenta que la había perdido para siempre, que no la volvería a ver y que todo lo que alguna ves fue permanecía muerto y condenado en su mente estática infinita que no moría pero estaba muerta a la vez.