domingo, 6 de octubre de 2013

Exasperación


Todos los días iguales, no es depresión, es desesperación. La desesperación propia de un ser que sabe que no hace lo que debe, su vida es como la moral del mundo, una contradicción absoluta. Se da cuenta de la hipocresía del mundo “civilizado” lleno de “intelectuales” que solo se preocupan por sobresalir y ni siquiera buscan la expresión de su corrompido ser. El arte se convirtió en una forma más de hacer dinero, lo cual resulta evidente cuando no surge nada nuevo  y  arriesgado. Ahora se piensa que lo que se hace debe encajar y agradar en esta sociedad tan “exigente”, cuando lo único que se debe buscar es expresar, el agrado, el placer o el fastidio deben ser consecuencias y por lo tanto no deben influir en ningún momento. Lo que existe ahora es  una copia influenciada por aquellos que alguna vez fueron artistas, pero a la vez corrompida por este mundo capitalista que envuelto en su ignorancia es tan cínico en utilizar esta mediocridad de arte como una manera para de separarse y distinguirse del burdo hombre común cuyos gustos y preferencias son manipulados por los medios.